Lectura del día: 23 de Febrero de 2023 




Primera Lectura : Dt 30,15-20

Mira, hoy pongo ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. Si escuchas los mandamientos del Señor tu Dios que yo te prescribo hoy, amando al Señor tu Dios, siguiendo sus caminos y observando sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, vivirás y serás fecundo, y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra a la que vas a entrar para tomar posesión de ella. Pero si tu corazón se desvía, si no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les das culto, yo declaro hoy que ustedes morirán irremediablemente; no vivirán mucho tiempo en la tierra a la que entrarán para tomar posesión de ella después de pasar el Jordán. Pongo hoy por testigos contra ustedes al cielo y a la tierra: ante ti están la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida y vivirán tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz y uniéndote a él, pues él es tu vida y el que garantiza tu permanencia en la tierra que el Señor juró dar a tus antepasados, a Abrahán, Isaac y Jacob.


Salmo : Sal 1,1-4.6

Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados,
ni se entretiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta con los arrogantes,
sino que pone su alegría en la ley del Señor,
meditándola día y noche.
Es como un árbol plantado junto al río:
da fruto a su tiempo y sus hojas no se marchitan;
todo lo que hace le sale bien.
No sucede lo mismo con los malvados,
pues son como paja que se lleva el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los malvados lleva a la perdición.


Evangelio : Lc 9,22-25

Luego les dijo que el Hijo del hombre tenía que sufrir mucho, que sería rechazado por los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley; que lo matarían y que al tercer día resucitaría.
Entonces se puso a decir a todo el pueblo:
?El que quiera venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz de cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, ése la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a uno ganar todo el mundo si se pierde o se arruina a sí mismo?


 
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