Lectura del día: 30 de Julio de 2024 




Primera Lectura : Jr 14,17-22

Y tú les dirás esta palabra: Mis ojos se deshacen en lágrimas día y noche sin cesar, porque un gran desastre viene sobre mi pueblo, y su herida es incurable. Si salgo al campo, allí están las víctimas de la espada; si entro en la ciudad, sólo hay angustia a causa del hambre. Profetas y sacerdotes vagan por el país y no logran comprender.
¿Has rechazado totalmente a Judá? ¿Has dejado de amar a Sión? ¿Por qué nos hieres de este modo? Esperábamos la paz, pero no hay bienestar; el tiempo de que nos sanes, pero sólo hay espanto. Reconocemos, Señor, nuestra maldad y la culpa de nuestros antepasados. Hemos pecado contra ti. Por el honor de tu nombre, no nos desprecies, no profanes el trono de tu gloria; acuérdate, no rompas tu alianza con nosotros. ¿Acaso hay algún ídolo de los paganos que haga llover? ¿Dan los cielos la lluvia por sí solos? ¿No eres sólo tú, Señor, Dios nuestro? Nosotros esperamos en ti, porque eres tú quien hace todo esto.


Salmo : Sal 78,8-9.11.13

No recuerdes para castigarnos las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos extenuados en la miseria.
¡Ayúdanos, oh Dios salvador nuestro, por la gloria de tu nombre;
líbranos y borra nuestros pecados, por tu nombre!
¡Llegue hasta ti el lamento del cautivo,
con el poder de tu brazo salva a los condenados a muerte!
Y nosotros, que somos tu pueblo y ovejas que tú apacientas,
te daremos gracias eternamente,
cantaremos tus alabanzas de generación en generación.


Evangelio : Mt 13,36-43

Entonces dejó a la gente y se fue a casa. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron:
-Explícanos la parábola de la cizaña del campo.
Jesús les dijo:
-El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; y la cizaña, los hijos del maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del mundo; y los trabajadores, los ángeles. Así como se recoge la cizaña y se hace una fogata con ella, así también sucederá cuando llegue el fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su reino a todos los que fueron causa de tropiezo y a los malvados, y los echarán al horno de fuego. Allí llorarán y les rechinarán los dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.


 
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