Lectura
del día: 13 de Julio de 2024
El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en un trono alto y excelso. El borde de su manto llenaba el templo. De pie, junto a él, había unos seres de fuego con seis alas cada uno; con dos se cubrían el rostro, con dos cubrían su desnudez y con dos aleteaban. Y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo es el Señor todopoderoso, toda la tierra está llena de su gloria».
Los marcos de las puertas temblaban a su voz, y el templo estaba lleno de humo.
Yo dije: «¡Ay de mí, estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros, que habito en un pueblo de labios impuros, y he visto con mis propios ojos al Rey y Señor todopoderoso».
Uno de los seres de fuego voló hacia mí, trayendo un carbón encendido que había tomado del altar con las tenazas; tocó con él mi boca, y me dijo: «Al tocar esto tus labios, desaparece tu culpa y se perdona tu pecado».
Entonces oí la voz del Señor, que decía: «¿A quién enviaré?, ¿quién irá por nosotros?»
Respondí: «Aquí estoy yo, envíame».
El Señor es rey; está vestido de esplendor;
el Señor, está vestido y rodeado de poder;
firme e inconmovible está la tierra.
Tu trono está firme desde siempre,
tú existes desde la eternidad.
Tus mandamientos son inmutables, Señor,
la santidad adorna tu templo por años sin fin.
El discípulo no es más que su maestro; ni el siervo más que su señor. Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su señor. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebú, ¡cuánto más a los de su familia!
Así pues, no les tengan miedo; porque no hay nada oculto que no vaya a manifestarse, nada secreto que no vaya a saberse. Lo que yo les digo en la oscuridad, díganlo a plena luz; lo que escuchen al oído, proclámenlo desde las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden quitar la vida; teman más bien al que puede destruir al hombre entero en el fuego que no se apaga.
¿No se vende un par de pájaros por muy poco dinero? Y sin embargo ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues ustedes valen más que todos los pájaros.
Si alguno está de mi parte ante los hombres, también yo estaré de su parte en presencia de mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, yo también lo negaré en presencia de mi Padre que está en los cielos.
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