Lectura
del día: 28 de Junio de 2023
Después de esto, el Señor habló a Abrán en una visión y le dijo:
-No temas, Abrán, yo soy tu escudo. Tu recompensa será muy grande.
Abrán respondió:
-Mi Dios y Señor, ¿para qué me vas a dar algo, si voy a morir sin hijos y el heredero de mi casa será ese Eliezer de Damasco? No me has dado descendencia, y mi heredero va a ser uno de mis criados.
Pero el Señor le contestó:
-No, no será ése tu heredero, sino un hijo que tú engendrarás.
Después lo llevó afuera y le dijo:
-Levanta la mirada al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas.
Y añadió:
-Así será tu descendencia.
Creyó Abrán al Señor, y el Señor se lo tomó en cuenta.
Después le dijo el Señor:
-Yo soy el Señor que te sacó de Ur de los caldeos para darte esta tierra en posesión.
Abrán le preguntó:
-Señor, Señor, ¿cómo sabré que voy a poseerla?
El Señor le respondió:
-Tráeme una ternera de tres años, una cabra y un chivo de tres años, una paloma y un pichón.
Trajo él todos estos animales, los partió por la mitad y puso una mitad frente a la otra; pero las aves no las partió. Las aves rapaces empezaron a lanzarse sobre los cadáveres, pero Abrán las espantaba. Cuando atardecía, cayó un sueño pesado sobre Abrán y un gran terror se apoderó de él.
Cuando anocheció cayeron densas tinieblas y entre los animales partidos pasó un fuego humeante y una antorcha encendida. Aquel día hizo el Señor una alianza con Abrán en estos términos:
-A tu descendencia le daré esta tierra, desde el torrente de Egipto hasta el gran río, el Eufrates.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre,
publiquen entre los pueblos sus proezas,
cántenle, toquen en su honor, proclamen sus maravillas,
gloríense de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurran al Señor y a su poder,
busquen su rostro sin descanso,
recuerden las maravillas que hizo,
sus portentos y sus justas decisiones.
Descendencia de Abrahán, su siervo,
hijos de Jacob, su elegido:
el Señor es nuestro Dios,
en toda la tierra están en vigor sus decretos.
El se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra que ha dado por mil generaciones;
del pacto concluido con Abrahán,
y del juramento que hizo a Isaac.
Tengan cuidado con los falsos profetas; se les acercan disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de las zarzas? Del mismo modo, todo árbol bueno da frutos buenos, mientras que el árbol malo da frutos malos. No puede un árbol bueno dar frutos malos, ni un árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa al fuego. Así que por sus frutos los conocerán.
|