Lectura
del día: 27 de Junio de 2023
Abrán había adquirido muchos ganados, plata y oro.
También Lot, que acompañaba a Abrán, tenía rebaños, ganados y tiendas. La región no podía albergar a los dos, pues tenían demasiados bienes para poder habitar juntos, y surgieron disputas entre los pastores de Abrán y los de Lot. (Los cananeos y los pereceos vivían entonces en aquella región);. Entonces Abrán propuso a Lot:
-Evitemos las discordias entre nosotros y entre nuestros pastores, porque somos hermanos. ¿Tienes ante ti todo el país? Sepárate, pues, de mí; si tú vas hacia la izquierda, yo iré hacia la derecha, y si vas hacia la derecha, yo iré hacia la izquierda.
Lot levantó la vista y vio que todo el valle del Jordán hasta Soar era de regadío como el jardín del Señor y las tierras de Egipto (esto era antes de que el Señor destruyera Sodoma y Gomorra);. Lot escogió para sí todo el valle del Jordán y se dirigió hacia el este. Así se separaron el uno del otro. Abrán se estableció en la tierra de Canaán y Lot en las ciudades del valle, trasladándose por etapas hasta Sodoma. Los habitantes de Sodoma eran muy malos y pecaban gravemente contra el Señor.
El Señor dijo a Abrán, después que Lot se separó de él:
-Levanta la vista y, desde el lugar donde te hallas, mira al norte, al sur, al este y al oeste. Toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra; sólo el que pueda contar el polvo de la tierra, podrá contar tu descendencia. Levántate, pues, y recorre a lo largo y a lo ancho esta tierra que te voy a dar.
Trasladó Abrán sus tiendas y fue a establecerse en el encinar de Mambré cerca de Hebrón; allí construyó un altar al Señor.
El que procede con rectitud, se comporta honradamente
y es sincero en su interior;
el que no calumnia con su boca,
no hace daño a su prójimo, y no agravia a su vecino,
el que mira con desprecio al malvado,
y honra a quienes respetan al Señor.
El que no se retracta de lo que juró,
aunque resulte perjudicado,
el que no presta su dinero con usura,
ni acepta soborno contra el inocente.
El que se comporta así, vivirá siempre seguro.
No den lo santo a los perros ni echen sus perlas a los puercos, no sea que las pisoteen, se enfrenten a ustedes y los destrocen.
Así pues, traten a los demás como ustedes quieran que ellos los traten, porque en esto consisten la ley y los profetas.
Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y amplio el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por él. En cambio es estrecha la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y son pocos los que lo encuentran.
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