Lectura
del día: 11 de Junio de 2023
Acuérdate del camino que el Señor tu Dios te ha hecho recorrer durante estos cuarenta años a través del desierto, con el fin de hacerte pasar necesidad y probarte, para ver si observas de corazón sus mandatos o no. Te ha hecho pasar hambre y necesidad; te ha alimentado con el maná, un alimento que tú no conocías, ni tampoco conocieron tus antepasados, para que aprendieras que no sólo de pan vive el hombre sino de todo lo que sale de la boca del Señor. Que no se vuelva arrogante tu corazón ni te olvides del Señor tu Dios. Fue él quien te sacó de Egipto, de aquel lugar de esclavitud; quien te ha conducido a través de ese inmenso y terrible desierto, lleno de serpientes venenosas y alacranes, tierra sedienta y sin agua; fue él quien hizo brotar para ti agua de la roca maciza y te ha alimentado en el desierto con el maná, un alimento que no conocieron tus antepasados.
¡Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión!
Que él refuerza los cerrojos de tus puertas
y bendice a tus hijos en medio de ti;
mantiene la paz en tus fronteras
y te alimenta con la mejor harina.
El envía a la tierra sus órdenes,
veloz va corriendo su mensaje.
Manifestó su palabra a Jacob,
sus leyes y decretos a Israel.
¡Con ningún pueblo actuó así,
ni les dio a conocer sus decretos!
El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es acaso participación de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es acaso participación del cuerpo de Cristo? Pues si el pan es uno solo y todos compartimos ese único pan, todos formamos un solo cuerpo.
Jesús añadió:
?Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que come de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne. Yo la doy para la vida del mundo.
Esto provocó una fuerte discusión entre los judíos, los cuales se preguntaban:
?¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Jesús les dijo:
?Yo les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él. Como el Padre que me envió posee la vida y yo vivo por él, así también, el que me coma vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo; no como el pan que comieron sus antepasados. Ellos murieron; pero el que coma de este pan, vivirá para siempre.
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