Lectura
del día: 16 de Febrero de 2023
Dios bendijo a Noé y a sus hijos diciendo:
-Crezcan, multiplíquense y llenen la tierra. Todos los animales de la tierra los temerán y respetarán: las aves del cielo, los reptiles del suelo y los peces del mar están puestos bajo su poder. Todo lo que tiene vida y se mueve en la tierra les servirá de alimento, lo mismo que los vegetales. Yo se los entrego. Tan sólo se abstendrán de comer carne que tenga aún su vida, es decir, su sangre. Yo pediré cuentas de la sangre y de la vida de ustedes tanto a los animales como al ser humano, y al hombre le pediré cuentas de la vida de sus semejantes.
Quien derrame sangre humana
su sangre será derramada
por otro ser humano,
porque Dios hizo al ser humano
a su propia imagen.
Ustedes crezcan, multiplíquense, llenen la tierra, y domínenla.
Siguió hablando Dios a Noé y a sus hijos:
-Voy a establecer mi alianza con ustedes, con sus descendientes, y con todos los seres vivos que los han acompañado: aves, ganados, bestias del campo; con todos los animales que han salido del arca con ustedes y que ahora pueblan la tierra. Esta es mi alianza con ustedes: ningún ser vivo volverá a ser exterminado por las aguas del diluvio, ni tendrá lugar otro diluvio que destruya la tierra.
Y continuó Dios:
-Esta es la señal de la alianza que establezco para siempre con ustedes y con todos los seres vivos que los han acompañado: pondré mi arco en las nubes; esa será la señal de mi alianza con la tierra.
Los paganos honrarán tu nombre, Señor,
y todos los reyes de la tierra te engrandecerán;
porque tú, Señor, reconstruirás Sión y manifestarás así tu gloria,
atenderás la súplica del desamparado y no rechazarás su oración.
Que se escriba todo esto para las generaciones futuras,
para que el pueblo que va a ser creado alabe al Señor;
pues el Señor miró desde su alto templo,
desde los cielos se fijó en la tierra,
para atender los lamentos de los cautivos,
y liberar a los condenados a muerte.
Entonces se proclamará en Sión el nombre del Señor
y en Jerusalén se publicará su alabanza;
pueblos y reinos se reunirán para dar culto al Señor.
Los hijos de tus siervos tendrán una morada,
y sus descendientes estarán siempre en tu presencia.
Jesús salió con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo y por el camino les preguntó:
-¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos le contestaron:
-Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que uno de los profetas.
El siguió preguntándoles:
-Y según ustedes, ¿quién soy yo?
Pedro le respondió:
-Tú eres el Mesías.
Entonces Jesús les ordenó que no hablaran de él con nadie.
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